
Marcos, hijo de un pescador, descubre en un pueblo de marineros la existencia de las sirenas. ¿Mito o realidad? La lucha entre la racionalidad que impone la sirena y la irresponsabilidad del primer amor, hacen que Marcos se debata entre el mundo submarino y el real, constante que lo acompañará a lo largo de toda su vida, llevándolo a un desenlace inesperado.
Marcos es un niño de 8 años que por esta rozón su madre no le deja acercarse a la playa, quiere protegerlo, y no se da cuenta de que lo que está haciendo es sobreprotegerlo, que no es lo mismo. Pero después de oír hablar de las sirenas a un viejo marinero, quiere conocer a una, y ni su madre impedirá que lo consiga.
Os contaría más, pero no quiero, porque es tan corto que no me atrevo a desvelar más secretos.
Los personajes son sencillos: el niño que sueña con conocer a una sirena, la madre que no quiere perderlo, los abuelos que lo miman, el viejo marinero solitario con el que consigue trabar amistad... y esa sencillez precisamente es la que hace que les cojamos cariño (yo por lo menos), más cariño del que le podemos coger a un personaje complejo y difícil de seguir.
Y las sirenas no las representa como seres hermosos, sino como monstruos horrorosos de ojos rojos, aunque pueden transformarse en una hermosa joven si lo desean, pero no permanentemente.
Un bonita y emocionante (en el sentido de que se me ha caído más de una lagrimita) historia con amor y sirenas, y la verdad es que tenía ganas de leer algo de sirenas, porque creo que sobre este tema he leído poco o nada (aparte de La Sirenita xD).
Con un final en el que se me encogió mi corazoncito estrenamos el brujímetro con:

Gracias a Ediciones Muza