Cantos de Súcubo: Adorad a Richelle Mead *O*

"Quería que alguien me abrazara cuando estuviera triste, cuando los vaivenes del mundo me llevaran al límite"

Cuando se trata de trabajos infernales, ser un súcubo parece de lo más glamuroso. Una chica súcubo puede ser todo lo que se le antoje, su armario daría envidia a cualquiera y los hombres mortales harían lo que fuese por un simple roce suyo, aunque el precio a pagar... a menudo sea su alma.
Pero la vida de Georgina Kincaid, residente en Seattle, dista de ser tan exótica. Su jefe es un demonio de nivel de mando intermedio enganchado a las películas de John Cusack. Sus mejores amigos inmortales no dejan de tomarle el pelo a propósito de aquella vez que asumió la forma de la Diosa de los Demonios, látigo y alas incluidas. Y lo peor: no puede tener una cita decente sin que el chico sufra graves consecuencias...
Al menos cuenta con su trabajo diario en una librería de la localidad: libros gratis, todo el café con chocolate blanco que quiera y fácil acceso al atractivo autor de best-sellers Seth Mortensen, alias Aquel Que Daría Cualquier Cosa por Tocar pero No Puede. 

Si morís, literalmente, por leer a Richelle Mead. Si no tenéis suficiente con Vampire Academy y Sangre Azul. Si ya habéis leido todos los libros publicados de Mead (menos este) y aun así no tenéis ni para empezar... Este es vuestro libro!!!! 

(Me emociono yo sola xD)
 
Georgina es un súcubo, pero... un súcubo con principios, y eso es más raro que si llovieran sapos, ¡por eso es nuestra protagonista! Porque si fuera un súcubo normal y corriente, ¿qué gracia tendría la historia?

Pero, ¿qué es un súcubo? 
Súcubo (n.): Demonio seductor, capaz de cambiar de forma, que tienta y proporciona placeres a los mortales del sexo masculino. (A cambio de su alma, o por lo menos de una parte de ella).
¿Y un súcubo patético? (Es decir, nuestra prota)
Patético (adj.): Súcubo con unos zapatos estupendos y ninguna vida social.

Aún así, a mi Georgina no me parece un súcubo patético. En vez de dejarse llevar por sus instinos más animales se controla por no hacer daño a las personas que quiere. ¿Y lo consigue?
¿Os parece típico? A mi también, pero qué queréis que os diga, es Richelle Mead, y con ella hasta la más típica y desgastada historia de vampiros es novedosa y original.
Otra cosa a favor... ¡no hay vampiros! Sino ángeles y demonios. Lo que, por lo que se ve, es la nueva moda. Y yo encantada de que lo sea, pero rezando para que no se desgaste tanto como otra que todos sabemos.

Richelle Mead, esta escritora que se convierte en una de mis favoritas en romántica paranormal y que tiene esa dichosa manía de dejar la acción para el final. Puede pasarse 200 páginas sin contar nada y en las últimas 100 formar un auténtico caos, pero habrá conseguido que no nos separemos de las páginas de su libro ni para dormir.
¿Cómo lo consigue? Es una buena pregunta.

En Cantos de Súcubo tenemos el gustazo de leer un lenguaje como el de Vampire Academy, pero más adulto. Y algunas escenas que... niños cerrad los ojitos y lo digo de verdad.

Y por si después de esto, aun no había quedado claro:

Gracias a Nabla