Juntos. Caminos cruzados, de Ally Condie

"El amor cambia lo que es probable y hace posible lo improbable"

Posibles spoilers de la primera parte

Título: Juntos. Caminos cruzados
Autor: Ally Condie
Editorial: Montena
ISBN: 9788484418634
Pags. 366
Sinopsis:
Cassia parte en busca de un futuro que quizá no existe... pero lo hace convencida de saber con quien compartirlo: Ky, el chico prohibido, el que no debía ser su pareja.+/- Sinopsis

La Sociedad lo ha deportado a las Provincias Exteriores, condenándolo así a una muerte segura, y Cassia escapa para rescatarlo. Sin embargo, al llegar allí descubre que es él el que ha escapado, dejando tras de sí muy pocas pistas por lo que es prácticamente imposible seguirle los pasos.
La búsqueda de Cassia la hace madurar, en el camino se replantea muchas de sus convicciones, tanto antiguas como nuevas, e incluso es capaz de divisar otro tipo de vida más allá de las fronteras. Ha de adaptarse constantemente a las nuevas circunstancias, en los límites de la Sociedad nada está tan controlado ni tan bien planificado como parecía, los recodos y las encrucijadas hacen el camino más tortuoso que nunca.

En esta segunda parte de Juntos, seguimos descubriendo muchas más cosas de la Sociedad. De todo esto lo que me ha parecido más interesante es la historia de cómo se llegó al punto en el que están ahora: los emparejamientos, la muerte a los ochenta, el no poder entrar en casa de otros... Más o menos ya sabiamos por qué habían decidido organizar así la Sociedad, pero en Caminos cruzados lo explican, no lo tenemos que deducir por los que piensan o dicen los protagonistas.
También me he sorprendido con algunas cosillas que se descubren de la Sociedad: cosas o palabras que los que han crecido en ella no saben que existen, a parte de escribir a mano. Esto refleja hasta que punto quieren tener controlados a los ciudadanos.

Puede que el primero de Juntos lo disfrutara más porque no esperaba mucha acción, era el primero, lo veía como una introducción, prefería que me explicaran bien el funcionamiento de la Sociedad. Pero en este sí esperaba un poco más de movimiento, y aunque lo ha habido, creo que no hubiera hecho daño un poco más. No ha sido suficiente par mi gusto. Aun así los acontecimientos y los diálogos internos de los protagonistas dan pie a reflexionar sobre muchas cosas de ese futuro y de nuestro presente.

Para mí, esta es una historia de amor dentro un ambiente distópico, quiero decir que tiene más peso la relación entre los protagonistas que lo que está ocurriendo en la Sociedad y fuera de ella. Esto no quiere decir que sea empalagoso y que se pasen el libro diciendo cuanto se quieren, sino que lo que ocurre gira más alrededor del amor que de lo que pueda pasar en el mundo. Pero es una sensación mía, puede que vosotros lo veáis de otra forma.

En cuanto a Cassia, debo decir que ha mejorado, ahora sabe lo que quiere y no va a parar hasta conseguirlo, aunque tenga que pasar por un montón de pruebas y descubrir a la fuerza que en el exterior las cosas son mucho más dificiles de lo que uno pueda imaginarse.
Ky sigue tan misterioso como siempre, dejará ver un poco de su historia con cuentagotas, pero esconde secretos, secretos que no contará ni a la propia Cassia.
Xander no aparece mucho en este segundo libro, pero está ahí presente, haciendo que los protagonistas se cuestionen mil cosas y dejando preguntas sin respuesta a su paso.
Hay otros personajes nuevos, como Indie: con la fuerza de un volcán, no se sabe por dónde saldrá. También un jovencito con bastantes agallas. Y otros más que no menciono para no contar demasiado.

El final es como el resto del libro, suave, calmado, sin paros cardíacos. Sólo preguntas por responder y decisiones por tomar.

Una segunda parte con menos acción de la esperada, pero con muchas reflexiones sobre la Sociedad y los sentimientos que se pueden albergar en un mundo distópico, donde todo está controlado y crear no está permitido. Un recorrido por el exterior, donde no se sabe lo que puede ocurrir y los peligros acechan detrás de cualquier árbol o en la cima de cualquier montaña.

Gracias a Montena