"Escribir es como besar, pero sin labios"
En la vida diaria ¿hay lugar más seguro para los deseos secretos que el mundo virtual? Leo Leike recibe mensajes por error de una desconocida llamada Emmi. Como es educado, le contesta y como él la atrae, ella escribe de nuevo… Así, poco a poco, se entabla un diálogo en el que no hay marcha atrás. Parece solo es una cuestión de tiempo que se conozcan en persona, pero la idea los altera tan profundamente que prefieren posponer el encuentro. ¿Sobrevivirían las emociones enviadas, recibidas y guardadas un encuentro «real»?
No esperéis un libro donde los pensamientos de los protagonistas se describen al dedillo, donde sabemos perfectamente lo que piensan, lo que sienten. Desde que empezamos a recorrer las páginas de esta joyita, hasta su última frase, sólo tenemos como guía esos correos que Emmi y Leo intercambian entre ellos. A mí eso me desespera, acostumbrada a saber qué se les pasa por la cabeza a los personajes, tener que leer esos correos que no dicen casi nada (bueno... de vez en cuando...) acaba con mis nervios. Pero puede que ese sea su encanto, eso es lo que lo diferencia de los demás.
Lo mejor es en interpretar el tono de voz con que se dirían las cosas que escriben. Nosotros bloggeros, que cada día comentamos, posteamos y desvariamos a nuestro gusto, que nos valemos de emoticonos ^^ para darle un tono a esas palabras que pronunciamos sin sonido... creo que lo podemos entender.
Prepararos para morir por un ataque de... no sabría deciros... para morir, para acabar más destrozados que si os hubiera embestido un ejercito de brujas en escoba. Porque el final es: "Cómo se puede ser así de... grrrrr. Que final más horrible!!!!!!!!! Debería estar prohibido escribir finales así!!!!!" (Palabras mías justo después de acabar el libro, hay testigos xD).
Pero, después de meditarlo, de asimilar la historia, su final, que pronto (relativamente y según cómo lo miremos) tendremos la segunda parte... gracias a ese odioso y maravillosamente horrible final: