
Ser una princesa no es todo eso que cuentan... Ya conocéis la historia: el zapato de cristal, el Príncipe Encantador, felices para siempre... Bienvenidos a la realidad: aburridas clases de genealogía real, de costura, de cómo comportarse como «una señorita» y, lo peor de todo, un príncipe que es todo menos interesante y, desde luego, en absoluto encantador. La futura princesa Ella trata de enfrentarse a su nuevo estatus real, pero se da cuenta de que no tiene madera de «majestad». Sin embargo, romper el compromiso no va a resultarle nada fácil, especialmente cuando empieza a sentir algo por otro chico... Si Ella quiere escapar de palacio, deberá utilizar todo su ingenio, determinación y coraje, además de renunciar a todo aquello que se espera de una «señorita».
Cuando terminé el libro lo único que pude decir de él fue: "Ha sido bonito". Y sigo con la misma opinión.
Es una historia bonita:
Ella está comprometida con el principe, cosa que nunca se hubiera imaginado. Pero, ¿de verdad la vida en palacio es tan buena como la pintan?
No se le permite hacer nada más que asistir a clases de costura, protocolo..., charlar con sus doncellas... Debe comportarse como una auténtica princesa y nadie debe saber que no tiene sangre real, que se ha ensuciado las manos de ceniza o que nunca antes le han servido la comida, sino más bien al contrario.
La vida en palacio no es tan buena, al menos para Ella.
Y por si eso no fuera poco... ¿el principe está enamorado de ella a sólo hace lo que le dicen que tiene que hacer?
Lo peor de todo no ha sido que es un libro predecible, sino los errores de traducción/edición. Había cosas que no tenían ningún sentido y otras que aún no he conseguido comprender del todo.
Un libro bonito, perfecto para una tarde que no se tenga nada que hacer y con un final un poco amargo.