Participo en los sorteos 2011 del Diario El Tiramilla con el siguiente texto:

¿Sabéis que los gatos hablan? ¿Sí? Pues yo no lo sabía, bueno... hasta ayer.
Me metí por una calle de esas desiertas que existen en todos los pueblos. Desierta menos por un gato muy mono. Pero no era un gato (ni un mono), sino una gata. Cosa que ella misma me aclaró cuando caminando sobre dos patas se acercó a mí y se presentó como Annabel. Tendríais que haber visto la cara que se me quedó (a mi me hubiera gustado verla). Pero no acabó ahí, también me dijo que venía de El castillo Ambulante, que estaba por allí cerca en ese momento (y eso que en mi pueblo nunca pasa nada). La verdad es que era un poco plasta, no paraba de hablar: que si el jefe se llamaba algo así como Inarceron, que tenían una chica-loba que se llamaba Luz de luna, un hombre sin cabeza... No me lo podía creer. ¿Y quién lo haría? Al final me soltó que Por trece razones no podía seguir hablando conmigo y yo agradecí para mis adentros que se fuera.
Ya era muy tarde cuando seguí caminando y vi una Sombra nocturna, tenía forma de ángel, como el de Hush, hush...
No, por favor, otro ser parlante no...